GOTTFRIED
LEIBNIZ
(1646-1716)
Junto con René Descartes y Baruch Spinoza Leibniz se encuentra dentro
del llamado grupo de los filósofos continentales o racionalistas que se
encontraron en oposición a los pensadores empiristas del siglo XVII.
Básicamente se trataba de resolver la cuestión moderna de cómo y hasta donde
puede llegar el conocimiento humano. En el caso de los pensadores continentales
la respuesta a este problema viene dada por la convicción del innatismo en el
conocimiento humano y su absoluto fundamento en la validez de la sola razón en
el acto del conocer. En el caso del autor que nos atañe las matemáticas y la
física juegan un papel esencial. Su descubrimiento del cálculo infinitesimal,
que además de acarrearle grandes problemas con los británicos, permitió dar
alcance a sus propuestas metafísicas con ayuda de la teoría monadológica. El
problema de los racionalistas consistía en adjudicar de manera clara el
concepto de substancia al ente o entes que pudieran comprender la definición
entendida por Descartes, según la cual substancia es todo aquello que permanece
inalterable a pesar de los cambios que pueda padecer su objeto; es decir,
aquello que hace que algo sea lo que es y no otra cosa.
Si en el caso de Descartes la substancia tiene un carácter trino y en
el de Spinoza se convierte en una idea panteísta, para Leibniz la idea se
atomiza en la famosa proposición de las mónadas.
Este blog está dedicado no solo a Leibniz o los racionalistas, sino
también a todos aquellos pensadores que con sus ideas han ido creando las
mónadas del Universo Humano del pensamiento. Todas ellas son únicas y
fundamentales para la gran aventura del conocimiento íntimo y externo, sus
choques o roces nos permiten ir abriendo espacios ignotos, pero todas son en
sustancia lo mismo: asombro, entusiasmo, conciencias despiertas por el deseo de
saber.
La máquina de calcular, creada por Leibniz
Para saber más
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